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Catedral y Kiosko de Chota en febrero de 2008

– Aquí en el Kiosko chotano el municipio acostumbra a armar el nacimiento cada año –le comentaba en diciembre pasado a un artista foráneo contratado para hacer el arreglo de la plaza de Chota con motivo de la navidad.

– ¿Kiosko? –se sorprendió– No, no, esto no es un kiosko, Kiosko es el puesto donde venden periódicos. Esto se llama glorieta.


Kiosko de Chota en enero de 2008

– Claro –repliqué– también pérgola, pero en idioma chotano el kiosko siempre se va a llamar kiosko.

– No, es que tienen que aprender, tienen que llamar a las cosas por su nombre, tienen que evolucionar.

– Ja, ja… –reí­– Si te quedas en Chota, entonces vas a “involucionar” y en poco tiempo te olvidarás del término glorieta; y, es más, aprenderás a decir gafo, a pedir chiuche con leche, a tenerle miedo a la Cuda, achichín… etcétera, etcétera.

– No, no -aceptó el reto el amigo-, como buen trujillano, yo no puedo involucionar.

– Lo veremos.

Hoy empleamos quiosco, forma que la Academia prefiere a kiosco o kiosko, para referirnos casi exclusivamente al lugar en el que se venden periódicos y chucherías, aunque hasta hace no muy poco era únicamente el templete o pabellón abierto, generalmente de tipo oriental, que se instalaba en parques y jardines como adorno o para que actuaran bajo su techo las orquestas o bandas musicales. Más tarde, bajo esos templetes comenzaron a venderse flores, libros y otros productos, uso que acabó imponiéndose y que originó el significado actual.

Quiosco, a veces escrito Kiosco, proviene del francés Kiosque, este del turco Kioshk (mirador) y este del persa Kusk (palacio). Al principio su único significado era: “edificio pequeño, de estilo árabe, situado en un punto estratégico para contemplar un paisaje o un acontecimiento”. Después se añadió a su significado: “pabellón de parques o jardines, donde se tocan conciertos”. Más tarde su definición incorporó: “edificio pequeño destinado a la venta de periódicos, revistas, etc.”. Finalmente se ha agregado: “pequeña estructura generalmente ubicada en la entrada de centros comerciales que contienen una pantalla de computadora que provee información”. (Diccionario etimológico).

En los jardines turcos, algunos años después de la toma de Constantinopla (1453), era común la instalación de glorietas o de pequeñas casitas de recreo, llamadas kyösk o kusk, un nombre tomado del persa. El rey Estanislao de Polonia adoptó estos pabellones de jardín en el siglo XIX y pronto se extendieron por Europa. En Italia esta construcción se conoció como chiosco, en Inglaterra, como kiosk y en Francia, como quiosque, palabra que fue recogida en nuestra lengua y traducida como quiosco o kiosco. Kiosk aparece en inglés ya desde 1625 y quiosque, en francés desde 1654, pero sólo fue registrada en el Diccionario de la Academia en 1884. (elcastellano.org/).


Vista nocturna del antiguo Kiosko original, junio 2008

Sabemos que nuestro Kiosko fue diseñado por el artista chotano de corazón y de nacimiento bambamarquino Glicerio Villanueva Medina, en la primera mitad del siglo XX; artista recordado, además, por sus dotes de maestro de artes plásticas en el colegio “San Juan” y ser autor del cuadro Incendio de Chota por los chilenos.

Don Mario Mestanza nos cuenta que en un inicio existieron dos kioskos en nuestra plaza de armas, habiendo desaparecido hace mucho tiempo el del lado norte de la misma. Respecto al sobreviviente, el del lado sur, es innecesario recalcar que se ha convertido en ícono de nuestra ciudad, por su originalidad, prestancia y ser testigo de los más grandes acontecimientos de nuestra historia reciente. Tan es así que, en algunos de nuestros distritos, encontramos réplicas de él, como en centros o clubes chotanos o centros comerciales de chotanos en distintas latitudes del país.

Plaza de Chota en febrero de 2008

La estructura de este kiosko sobreviviente, el del lado sur, se mantuvo hasta el año 2008, en que la llamada remodelación o modernización de la plaza de armas realizó cambios irreversibles en la misma, algunos cuestionables en su momento, como es de conocimiento público, y que suscitaron modificaciones posteriores para su mejora. Lo bueno, en todo caso, es que el kiosko chotano fue tomado en cuenta dentro de la mencionada remodelación y reestructurado respetando su diseño primigenio.

Ese mismo año, los restos de la desechada estructura del Kiosko original fueron trasladados por un particular, quien aquilató su valor de reliquia, y reedificados, según sus posibilidades, en un terreno cerca del río Chotano, al costado de una de las vías que conduce a La Iraca. De esta manera, en aquel lugar, aún podemos admirar el kiosko de nuestros padres y abuelos.

Vistas de la Plaza de Chota desde el reestructurado Kiosko chotano, en la actualidad (setiembre 2013)


Lo que nos queda por hacer es seguir trabajando para que los buenos tiempos se reediten con mayor esplendor en nuestro kiosko. Que vuelva a ser tomado por el arte en todo sentido. Que algún día renazca y, como en antaño, vuelva a resonar en él la hoy extinta Banda de Música Municipal. Que alegrándole la vida a nuestro kiosko, nos alegre y acompase el ritmo de nuestro propio espíritu.

Kiosko y Plaza de Chota, setiembre 2013


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