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Aprovechando la presencia en Lima de Magaly Gamonal y de Milton Antezana, y guiados por César Saldaña, visitamos en su consultorio odontológico al eminente chotano, Dr. Nórvil Leoncio Mejía Núñez (a la izquierda en la foto). Caballero y chotano a carta cabal, fue uno de los mejores presidentes del Centro Chotano de Lima por dos períodos; y a él y a otros prominentes chotanos, tales como el Dr. Manuel Coronado Vigil y el Sr. Octavio Uriarte Banda, se debe la adquisición y construcción del local del Centro Chotano de Lima en San Miguel, y del terreno al que él llama la Quinta chotana, de diez mil metros cuadrados, en Huachipa, que deberá ser implementado como centro campestre de esparcimiento de todos los chotanos.

A través de la entrevista y enterados de la enorme cantidad de paisanos que concurren a su consultorio para departir y hablar de Chota, hemos comprendido por qué él es considerado el Nuevo Cónsul Chotano, heredero del legendario Cónsul Don Augusto Gasco Núñez.

Una faceta importantísima de su persona es que él es celador de la imagen conocida como el “Señor de las Ánimas”, efigie constituida por un busto semi-carbonizado, que fue rescatado del incendio de Chota provocado por los chilenos en agosto de 1882.

EL SEÑOR DE LAS ÁNIMAS

Corría el año 1882 cuando los chilenos llegan a Cajamarca, librándose la histórica batalla de San Pablo, donde la Columna “Chota” fue una luz entre las tinieblas de tan infausta guerra, al ganar aquel frente a los chilenos. Siendo por ello que en venganza marchan sobre nuestra ciudad y la incendian durante los días 28, 29 y 30 de agosto.


De entre los escombros de la Iglesia Matriz, el señor Matías Acuña Segura, recupera los restos de la efigie del Señor de las Ánimas, esto es la cabeza y el cuello de Cristo, semicarbonizados, que salvaron de las llamas. Cuentan los mayores -vivientes en la dácada del 90-, que esta imagen era muy venerada en Chota, siendo la celebración de sus novenas muy particular. Su fiesta central aún sigue siendo el 2 de noviembre.

A partir de 1940, se inicia el éxodo de la sierra hacia la costa, así como en el caso sui generis de Chota, la migración también a la llamada “Banda” del Marañón. Es el momento en que el Señor de las Ánimas es llevado a Lima por la familia Acuña; instalándolo en una capilla especial de la quinta ubicada en Hermilio Valdizán 475, distrito de Jesús María. Allí se conservó de manera original la liturgia, permitiendo a propios y a extraños acompañar la procesión y dar testimonio de innumerables beneficios y milagros concedidos.

El historiador chotano, Cmdte. Segundo Rojas Gasco, ubica la imagen del Señor de las Ánimas, haciendo las gestiones necesarias para que la santa efigie haga su peregrinaje hacia el Centro Chotano.

Pasa el tiempo, hasta que la efigie, con anda, urna y ornamentos de platería -según consta en Acta del 21 de julio de 1994-, es entregada por el señor César Acuña Rengifo al Dr. Nórvil Mejía Núñez, designado Tenedor del Divino Cristo. Algunos fieles, como los señores Víctor Vásquez Núñez, Celso Díaz González, Otto Regalado Cabrejos, Gilberto Terrones, Livia Vda. De Coronado Vigil, Alejandro Linares Pérez, Celis Díaz, Dra. Regina Chávez Costa, Irma Simeón, Magno Novoa Vela, Lucelina Mejía Núñez, Julio G. Pereyra Estela, atestiguan la entrega.

Desde entonces, Nórvil Mejía es el encargado de promover hasta la actualidad las novenas que año a año se renuevan con unción y fe, en el Jr. Cuzco 412, segundo piso, edificio “Corcovado”, lugar que congrega a muchos fieles chotanos de nacimiento y de corazón.

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