Una de las imágenes más sobrecogedoras y escalofriantes, como película de terror, nos dio recientemente el BPP (Bosque de Protección Pagaibamba – Sernanp), ubicado en el distrito de Querocoto, provincia de Chota. Esto ocurrió durante nuestra visita de estudio de la semana pasada con la delegación del colegio Sigma, como parte de la intensa caminata en descenso desde la base del prominente y olímpico Ocshawilca hasta el centro poblado menor de El Rocoto, atravesando la diversidad del BPP y, en este caso, sus árboles muertos en pie.
Precisamente LOS ÁRBOLES MUEREN DE PIE, sería un buen título para esta historia. Caminar bajo el “cementerio de los árboles”, de gigantes calcinados durante el incendio de 2016, que consumió más de la tercera parte del área natural reservada por el Estado, nos hace reflexionar mucho, y esperar que episodios nefastos como éstos no vuelvan a ocurrir más.
Pero la naturaleza es así: estoica y resiliente; casi 8 años después, bajo los troncos carbonizados de los gigantes, continúa renovándose el bosque sin cesar, con especies pequeñas que van ganando altura poco a poco. Como la vida misma y como el espíritu indesmayable del chotano y de la chotana, la esperanza continuamente nos sonríe desde el fondo de la caja de Pandora.