Por Mejía Diaz Edilberto, Novoa Sánchez Grace Solange y Villar Barrantes Rodrigo Jarem
César Abraham Vallejo Mendoza es uno de los grandes poetas universales, reconocido por su contribución a la literatura. En 2024, por el 193 aniversario de la Universidad Nacional de Trujillo, se rindió homenaje póstumo al autor, donde el Consejo Regional de La Libertad y la universidad le otorgaron dos títulos honoríficos: Poeta del Bicentenario y Doctor Honoris Causa (Fundación BBVA, 2024). Entre sus obras destaca Trilce, y en la presente reseña resaltamos el poema XXVIII, para reflexionar sobre el sufrimiento humano y la soledad que nos expresa este poema. Además, nos invita a explorar la soledad por la pérdida de un ser amado como una la madre y crea un vacío existencial que se presenta tras la pérdida de un ser querido, reflejado en la nostalgia de un hogar quebrado.
He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido
(Estrofa 1, Trilce XXVIII)
Los versos de la primera estrofa del poema de Trilce, muestran que un acto positivo como almorzar se vuelve negativo debido a la soledad que siente el autor. Se insinúa que antes no era así, ya que menciona la ausencia de su madre y la falta de rituales que le suplicaban servirse los alimentos, revelando así un vacío materno. Además, alude a la ausencia de su padre, cuya figura debería guiar el almuerzo, en el mismo sentido que un sacerdote en la misa, dando forma a la charla y los silencios, aunque solo coman choclos. El autor destaca así la importancia de las figuras paterna y materna en una escena familiar sobre el almuerzo. La primera estrofa del poema XVIII de Trilce, es impactante porque expresa el vacío que siente el autor por la ausencia de sus seres queridos: su madre y su padre, durante el momento sagrado del almuerzo. Estas figuras son cruciales en su experiencia, y Vallejo transmite poéticamente el vacío que su partida genera. No se refiere solo al vacío físico, sino a uno más profundo, expresado en la frase Facundo ofertorio de los choclos, pregunte para su tardanza de imagen, en ella, el autor denuncia el palabrerío vacío y sin sentido que contrasta con su deseo de que la conversación en momentos de convivencia sea valiosa y enriquecedora. Así mismo, la primera estrofa del poema XVIII nos invita a reflexionar sobre la presencia de nuestros padres en la vida diaria y si esta se siente adecuadamente. Por un lado, está la calidez de la figura materna y, por otro, la autoridad del padre, que aporta control, respeto, experiencia y consejos. Esto nos lleva a reflexionar, si hay aspectos de nuestra vida que debamos corregir o mejorar, especialmente en los momentos de unión familiar en un compartir. En ese sentido De Marsilio (2016), expresa que existen tres temas constantes en la obra Trilce de Cesar Vallejo, primero, la soledad por la muerte de los seres queridos del autor; en segundo lugar, está el triple valor simbólico que tiene el alimento: biológico/económico, afectivo y metafísico; y en tercer lugar esta, el uso del entorno profano y en sentido heterodoxo de la liturgia y las teologías católicas; en nuestra opinión, el poema refleja siempre la soledad, pero que esta se hace muy presente tras la muerte de seres queridos, donde el autor no solo aborda su propio sufrimiento tras la pérdida de su madre, sino que lo universaliza, convirtiendo su dolor personal en una experiencia compartida y presente. Esto nos lleva a reflexionar sobre el valor del alimento, que trasciende lo físico y abarca también el alimento espiritual proporcionado por el calor familiar y el apoyo de los padres.
Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.
Los versos de la segunda estrofa del poema XXVIII de César Vallejo evidencian que almorzar se dificulta no solo por la distancia de los platos, sino por la falta de un hogar debido a la ausencia de figuras familiares, especialmente de la madre. Esta falta provoca que el autor ni siquiera sienta apetito, simbolizando el dolor de perder a un ser querido. Estos versos reflejan un hogar irreparable, donde la soledad impide al autor pronunciar la palabra madre; en su ausencia experimenta un vacío profundo, mostrando cómo la pérdida afecta negativamente al ser humano, borrando la alegría; en ocasiones, se pierde incluso el deseo de seguir adelante con la vida. para Soní (2017) y López (2012) destacan cómo la obra Trilce, refleja los arquetipos de la sociedad andina en la que creció y vivió, y cómo estos modelos, que forman parte del inconsciente colectivo, son esenciales para comprender el comportamiento de la sociedad. También resalta la importancia de la madre del autor, presentándola con dimensiones de grandeza mítica. El análisis de Soní va más allá de la simple crítica literaria al buscar justificar y contextualizar Trilce mediante arquetipos, integrándolos con elementos y símbolos de la vida diaria para mostrar una conexión con la realidad. Este estilo del autor requiere analizar una variedad de elementos para captar su significado, dejando al lector con la sensación de preguntarse: ¿qué quiere transmitirnos…? López examina Trilce desde una perspectiva emocional, enfatizando que, aunque es una introspección creativa, sus significados están arraigados en la realidad sociopolítica del autor. Su interpretación aguda destaca la fusión de lo abstracto y lo concreto por parte de Vallejo, desafiando lecturas simples. Propone ver la obra como un vínculo entre lo interno y lo externo, sugiriendo otros aspectos para su comprensión. Esto transforma nuestra visión de la poesía hermética y plantea la posibilidad de abordar otros textos complejos de manera similar. La propuesta de López invita a una lectura abierta, aunque queda la duda sobre una interpretación uniforme.
A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estase en su casa. ¡Así, qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.
En el poema Trilce, Vallejo presenta una escena familiar que, a primera vista, parece simple: almorzar en casa de un amigo. Sin embargo, el uso de frases como recientemente llegado del mundo, tías que hablan en tordillo y viudos alvéolos convierte lo cotidiano en algo extraño. juega con la vibración verbal para crear un ambiente familiar pero inquietante. El dolor del yo poético al final revela un malestar más profundo que va más allá de lo físico, transmitiendo incomodidad y desconcierto. Parece explorar la dificultad de encontrar un lugar en un entorno que, en teoría, debería ser acogedor. La imagen del padre recién llegado del mundo sugiere una reflexión sobre la brevedad de la vida. Así, capta la complejidad de las emociones humanas, donde lo que se espera que brinde calidez puede, en cambio, causar dolor.
Probablemente todos estén distraídos con sus cosas personales o, peor aún, en el celular en momentos tan importantes que se comparten en familia; por lo que estas preguntas nos ayudarán a reflexionar sobre la calidad del tiempo que pasamos en familia: ¿hay una buena conversación? ¿Disfrutas compartir momentos? ¿Existen distracciones que impiden esas experiencias? ¿Cuándo fue la última vez que realmente disfrutaste un momento familiar? Al final, solo tú sabes qué debes mejorar para disfrutar momentos de calidad con tu familia y fortalecer lazos de fraternidad y amor familiar.
En conclusión, César Vallejo, en su poema XXVIII de del poemario Trilce, retrata magistralmente sus experiencias personales, fusionándolas con recursos literarios que crean una obra rica en significados que exige ciertas capacidades para poder entender la profunda reflexión en sus escritos. En el poema XXVIII, su mensaje central es el sufrimiento humano, marcado por la profunda soledad que provoca la ausencia perpetua de un ser querido, figura que simboliza el calor maternal y el consejo en el hogar. Sin embargo, el significado que transmite va más allá; la falta de este ser amado evoca un vacío existencial y espiritual que impulsa a buscar un propósito en la vida. Esto nos lleva a cuestionar la calidad de los momentos que compartimos en familia: ¿hay conversaciones significativas? ¿Disfrutamos realmente pasar momentos junto a la familia?, ¿Existen distracciones que interrumpen la conexión?, ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste plenamente de un momento familiar? En definitiva, solo tú sabes en qué aspectos debes mejorar para pasar momentos de calidad en tu seno familiar.
Referencias bibliográficas
De Marsilio, J. (2016). Trilce, XXVIII: un abordaje para el aula. Revista Espergesia, 3(2), 44-51. https://revistas.ucv.edu.pe/index.php/espergesia/article/download/1033/974/1032
Fundación BBVA. (6 de junio de 2024). Honores póstumos para César Vallejo. Obtenido de https://fundacionbbva.pe/nota/honores-postumos-para-cesar-vallejo/
López, A. (2012). Tierra, amor y dolor en Trilce: una aproximación afectiva. Revista Perifrasis, 3(6), 7-22. http://www.scielo.org.co/pdf/peri/v3n6/v3n6a01.pdf
Soní, A. (2009). La figura de la madre en la poética vallejiana Trilce. Nueva Época, 22(60), 167-187. https://www.scielo.org.mx/pdf/argu/v22n60/v22n60a9.pdf
Vallejo, C. (1987). Trilce. Lima 14: Promoción Editorial Inca S.A. https://www.ingenieria.unam.mx/dcsyhfi/material_didactico/Literatura_Hispanoamericana_Contemporanea/Autores_V/VALLEJO/Trilce.pdf
Autor: Edilberto Mejía