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ACTA DE CHOTA

“En la ciudad de Chota, capital de la Provincia del mismo nombre, reunidos los ciudadanos que suscriben en comisio popular, y teniendo en consideración:

Primero. Que la desgraciada situación en que hoy se halla la república es la obra exclusiva de los caudillos que asaltando el poder, so pretexto de salvarla, han cometido toda clase de exacciones para concitar su propio engrandecimiento de partidarismo.

Segundo. Que entre todos los que figuran con el pretexto ostensible de salvar a la patria, con la fascinadora voz de guerra a muerte al enemigo común ola adquisición de una paz honrosa, el Contra-Almirante don Lizardo Montero es el que más se ha distinguido en el terreno de las violencias y de la inacción para continuar la guerra.

Tercero. Que el referido Contra-Almirante Montero ha traicionado la confianza nacional que el Congreso depositara en él tanto por los motivos expuestos, cuanto por el muy significativo hecho de haberse rodeado y haber llamado a formar parte de su gobierno al círculo de personas que en la aciaga fecha de Diciembre del 79 asaltaron el poder supremo, traicionando la causa nacional y hundiendo a la República en el abismo en que se encuentra.

Cuarto. Que en las actuales circunstancias es obligatorio a los pueblos proveer y contribuir por sí a su defensa propia, mientras se restablezca o constituya el gobierno que atienda a sus verdaderos intereses. Por tales razones y en uso de la soberanía que les es propia;

RESOLVIERON:

Primero. Desconocer, como desconocen la autoridad suprema de don Lizardo Montero.

Segundo. Asumir por sí la defensa contra el enemigo invasor, hasta obtener la victoria o una paz honrosa.

Tercero. Tomar por norma la Constitución del 60 con la modificación de establecer la pena de muerte para los traidores a la Patria, para los que traicionen los principios consignados en esta Acta y para los defraudadores de los tesoros públicos en cualquiera cantidad que sea, previo el juzgamiento breve de un jurado cuya sentencia se ejecutará en el acto de su pronunciamiento.

Cuarto. Que siendo indispensable consultar la unidad y orden de todos los actos del pueblo, elegimos al señor coronel Dr. don José Mercedes Puga como Director Constitucional y Jefe Político y Militar del Norte, para que encarrile y organice los procedimientos del pueblo con arreglo a la carta fundamental. En fe del juramento pronunciado para llevar a cabo todos los puntos que esta nota contiene, la firmaron en Chota a los 18 días de Febrero de 1882:

Manuel J. Becerra, Domingo Lacerna, Eulogio Osores, Diego Villacorta, T. Alfredo Regalado, Ricardo Osores, Damián Villa-corta, Manuel Medina, José A. Gálvez, Ponciano Adolfo Vigil, Marcelino Vilchez, M. Jesús Coronado, David Valera, Juan Antonio Sobrado, Marcos Tapia, Cayetano Coronado, Angel Sobrado, Pablo Gavidia, Gabriel Pérez, Timoteo Tirado, Manuel Loayza, J. Palomino Osores, Felipe Palomino, Manuel F. Guerrero, Gregorio Castro, Miguel Vílchez, Enrique Mata, Daniel Palomino, Manuel B. Castro, Pedro I. del Campo, Francisco Gavidia, Juan Gálvez, Manuel Gamboa, J. Manuel B. Cerna, Sebatián Gavidia, Federico Ortiz, Manuel de la C. Tafur, Manuel Coronado, Abraham Incháutegui, Lucas Montenegro, José María Casanova, Nicolás Mata, José María Pino, Silverio Cabrejos, Matías Núñez, Miguel Días, Simón Segura, Manuel Dávila, José María Pérez, Ricardo Becerra, José A. Tejada, Luis Saldaña, José Cabrejos, Manuel Campos, Basilio Correa, Felipe Tantaleán, Manuel Linares, Mariano Bustamante, Carlos del Campo, Manuel Sánchez, José L. Medina, Cirilo Vera, Pedro Guerrero Gálvez, Pedro P. Bautista, Manuel Arana, Simón Herrera, Juan Campos, Carlos Vásquez, Julián Regalado, Juan F. Osores, José S. Gálvez, Baltasar Núñez, Alejandro Collantes, Juan de Dios Guevara, Juan B. Muñoz, Isidro Zorrilla, Tomás Días, J. Hoyos, Fermín Arrascue, Domingo Hoyos, Manuel Mejía Vereau, Presbítero; Pablo C. Campos, Ricardo León, Rafael Lara Espino, Lorenzo Regalado, Mariano Pino, Antonio Villacorta, Herminio Pino, A. Linares, Bartolomé Montoya, Eliseo Tafur, Pedro Benavides, Estevan Acevedo, Pedro Arana, Andrés Soriano, Exequiel Díaz, E. Villacorta y siguen firmas…”.

 

Crl. José Mercedes Puga Carrera, combatió a los chilenos y a los iglesistas en el norte del Perú apoyando siempre a Cáceres

Coronel Becerra y sus guerrilleros

Fernando Seminario, organizó la resistencia contra los chilenos e iglesistas
en Piura coordinando sus acciones con el coronel BECERRA

Oficiales del Ejército, chotanos, entregando el busto del coronel Becerra al
Alcalde de Chota – junio 1986

En esta acta hemos leído los nombres de varios oficiales y tropa que conformaron el Batallón Chota Nº 7, que habían regresado de Lima y que continuaban con la misión de defender el honor de la Patria. Estos eran ya soldados experimentados.

Es muy interesante transcribir más detalles de los hechos, escritos en la obra titulada “El Dr. José Mercedes Puga y su Participación en los Sucesos del Norte”; páginas 56-60:

“En efecto, el 14 de febrero (1882) salió Puga de Cajamarca; el 15 de Febrero era recibido en la hacienda de APAN del Sr. Justiniano Novoa, subprefecto de Hualgayoc, quienes lo invistieron (los delegados de Chota y Hualgayoc) con el nombre de Director Constitucional. De allí se dirigió a Chota en donde se reunió el pueblo para asentar el acta de protesta en que hacían constar su decisión. Establecido el cuartel general en Chota, se procedió a organizar fuerzas, pudiendo reunirse por lo pronto 600 hombres de infantería y caballería, cuyo sostenimiento costó al Dr. Puga s/. 13,000 de su peculio. Como el pensamiento dominante en el Coronel Puga era siempre la defensa nacional y la hostilidad al enemigo chileno y el objetivo primordial del movimiento era utilizar en ese mismo sentido las fuerzas de los buenos peruanos, tan luego como el coronel Puga pudo disponer de un conveniente número de fuerza organizada, quiso dar una prueba de la sinceridad de sus propósitos y de su verdadero patriotismo, y despojándose del carácter con el que se le había investido, dirigió con fecha 17 de Abril (1882) una nota a Iglesias proponiéndole unir las fuerzas de que ambos podían disponer, y que él dirigiría, para proceder inmediatamente a batir a las fuerzas chilenas que se encontraban acantonadas en Chiclayo. Esta nota fue entregada por el Dr. Juan de Dios Torres Lara, que fue reducido a dos meses de prisión. Iglesias no dio respuesta a la proposición de Puga. Por el contrario en virtud del plan concebido mandó agentes secretos a Chota para sobornar a las tropas allí organizadas y le informaran minuciosamente de la situación en que se encontraba esa ciudad.

La buena fe de Puga estaba muy lejos de sospechar que se tramaba contra él. Los comisionados de Iglesias llenaron su objetivo, y éste dispuso marchar sobre Chota con una fuerza de 1,200 hombres de las tres armas. Iglesias estableció su cuartel general en Bambamarca a 4 leguas de Chota, y el 4 de Mayo (1882) mandaba el coronel Puga en su busca una descubierta de 60 hombres al mando de un capitán Pérez, que era uno de los sobornados. Este después de reducir a prisión al Jefe del cuerpo, coronel Matías Novoa y al sargento mayor Antonio Rivero ambos de línea, los condujo al campamento enemigo, poniendo su fuerza a las órdenes de los de Iglesias.

Tan pronto como se supo en Chota este acontecimiento, el coronel Becerra nombrado Subprefecto y Comandante General del Departamento y el coronel Justiniano Novoa, Comandante General de División, procedieron a desarmar las fuerzas, mandaron las armas y municiones en direcciones diversas y tomaron prisionero al Dr. Puga y a las demás personas adictas a él, con e objeto de entregarlos a Iglesias. Puga gestionó ante ellos y consiguió que se pusieran en libertad a todos sus amigos, debiendo quedar preso solamente él y el comandante Tomás Romero, pero estos a merced a los auxilios oportunos que les proporcionaron los señores Dn. Bartolomé Montoya y Dn. Marcos Tapia pudieron burlar la vigilancia y evacuar la población momentos antes de que llegaran las fuerzas de Iglesias que penetraron tranquilamente en Chota”.

Fueron sin lugar a dudas momentos de gran confusión entre los chotanos, y la actitud de Becerra se debió, posiblemente, a que varias veces ya había sido traicionado y por eso pensó que Puga había procedido igual.

Becerra no enfrentó a Iglesias por que tenía menos efectivos y mal equipados, por eso resolvió retirarse a Huambos con algunos de sus soldados y allí organizó una Columna, que fue la base para la organización del Batallón “Chota” N°. 4.

El general Iglesias ordenó perseguir a Becerra y es entonces que se libró el “Combate de Huambos”, cuyo relato transmitido de generación en generación entre los huambinos y recogido por la notable pluma del historiador huambino Manuel Díaz Villalobos, se resume de la siguiente manera:

 

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